lunes, 30 de mayo de 2011

La vida y la muerte ambos contrarios e  inicio y final de la evolución.
Toda nuestra realidad se haya envuelta en la ley de los contrarios es debido a esto que existe el odio y el amor, la guerra y la serenidad, entre otros. Así mismo ocurre con la vida y la muerte que están involucradas con el tiempo y el espacio ya que es debido a esos dos factores que podemos volver a traer a nuestra mente experiencias vividas en ocasiones anteriores.
“La vida implica cierto ritmo; cuando el corazón deja de latir, el cuerpo muere; cuando los impulsos cerebrales se detienen, la mente muere; cuando dejamos de amar o de odiar, el alma muere”.[1][1] De esta forma es en la cual se complementan la vida y la muerte pues siempre están en un constante juego de contrarios con respecto a eventos sucedidos en la realidad que experimenta cada ser humano.
Según el Escritor argentino. Jorge Luis Borges (1899-1986) La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Según el Filósofo griego Epicuro de Samos (341 AC-270 AC) La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.
 Según el Escritor austriaco. Stefan Zweig (1881-1942) No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre.
Por lo tanto siempre que se halle vida también se encontrara posteriormente muerte y viceversa pues no es posible que exista una sin la otra.
La vida esta hecha de recuerdos, si no tuviéramos memoria, cada instante seria como volver a nacer; y contradictoriamente, si no olvidáramos, cada momento seria una eterna muerte.
“Sin muerte no hay posibilidad de vida, y sin olvido el recuerdo carece de sentido, cada vez que olvidamos algo por completo sentimos que una parte de nuestra existencia ha desaparecido, como si jamás la hubiéramos vivido, por el contrario cuando evocamos un recuerdo y somos capaces de traer a nuestras mentes todos los detalles de aquel momento, experimentamos una extraña sensación, como si el tiempo hubiera regresado”.[2][2]

 

[1][1] Somárdeli Dier, Carl. “La vida, el tiempo y la muerte”. Pág. 37.
[2][2] Somárdeli Dier, Carl. “La vida, el tiempo y la muerte”. Pág. 38.


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